En las últimas oposiciones a profesores de Educación Primaria de la Comunidad de Madrid, en España, ha habido unas respuestas un poco "sorprendentes" a lo que se requería en dichos exámenes.
Por ejemplo, cerca del 85 % de los candidatos no sabía por qué provincias pasaban los ríos Duero, Ebro o Guadalquivir (ríos españoles). Otras sorprendentes respuestas eran que la gallina era un mamífero, que Albacete, Ciudad Real y Badajoz (provincias españolas) pertenecen a Andalucía (comunidad autónoma), que Soria (provincia) es una comunidad autónoma, que el gato es astuto o que el gavilán es un viajero. Solo un 20 % tenían todas las preguntas de Matemáticas bien y solo un 30 % en lengua.
A esto hay que añadirle las faltas de ortografía: deriban, bagaje, ánbito, veverlo, inportancia o creacción.
Ahora, los sindicatos de profesores se excusan diciendo que no sabían el temario que iba a entrar en las oposiciones. Pero hombre, por Dios, de qué temario están hablando, señores, que es CULTURA GENERAL dentro de lo que debe saber un español.
Muchos de los profesores que respondieron mal las preguntas tan difíciles están ahora dando clase. Claro, como pondera más la antigüedad del profesor que sus respuestas, a lo mejor uno de 50 años que no sabe de nada está dando clase, mientras que uno de 25 está en el paro. ¡Menudo sistema de selección el de la Comunidad de Madrid! Se ha asegurado que el baremo de los exámenes cambiará.
Ahora nos damos cuenta de que algunas personas que son la base de la educación en nuestra sociedad no son aptos, por no decir otra cosa. ¿Adónde iremos a parar?
Ahora, las preguntas del millón: ¿cómo se ha dejado que personas como estas lleguen a presentarse a unas oposiciones? ¿Cómo es que algunas personas que han tenido estos fallos están dando clase en colegios?
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