En 2008 se arrojó un estudio que afirmaba que los protones, al chocar al 99% de la velocidad de la luz y actuar como lentes gravitacionales, podían causar agujeros negros capaces de "tragarse" el planeta entero.
Ahora, se ha visto que se pueden crear agujeros negros microscópicos, pero que son incapaces de "tragarse" la Tierra.
Ya se han realizado colisiones durante varios años y no ha pasado nada, por lo que no nos tenemos que preocupar, a pesar de que algunos físicos alarmen del peligro. El LHC no se acerca ni "de broma" a la energía necesaria para destruir la Tierra.
Estos estudios han realizado una simulación informática con fluidos en la que demuestran que gran parte de la energía de un agujero negro convergería en un punto y vendría propiciada por el efecto de las lentes gravitacionales.
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