Bueno, al final el mundo no se acabó el pasado viernes 21 de diciembre de 2012 ni el domingo 23. La humanidad ha vuelto a caer en la trampa de las creencias populares por enésima vez. ¿Dónde están ahora los que tanto creían que se iba a acabar el mundo? Si la ciencia dijo que ni el 21 ni el 23 de diciembre iba a pasar algo sería que no iba a pasar nada. Tampoco ha habido ese famoso cambio de mentalidad que muchos auguraban. Un cambio de mentalidad se da en un largo plazo y no en un día.
¿Qué van a hacer todos aquellos que se gastaron un dineral en viviendas anticatástrofe y habitaciones del pánico? Una cosa sí que han hecho: el ridículo.
El calendario maya se equivocó, al igual que Nostradamus o el Efecto 2000. La única amenaza para la humanidad en el siglo XXI (aparte de que se destruya a ella misma con las armas nucleares) que ha sido afirmada por la ciencia es el posible (1 oportunidad entre 45000) choque del asteroide Apophis el 13 de abril de 2036, un asteroide de 400 metros de diámetro cuya colisión equivaldría a la energía liberada por 40000 bombas atómicas.
El posible fin del mundo llegará cuando el Sol envejezca, se haga más grande y con sus temperaturas imposibilite la vida en la Tierra, salvo la vida de algunas bacterias extremófilas dentro de 4000 millones de años.
Para más información: http://andres96cmc.blogspot.com.es/2012/12/por-ahora-parece-que-el-mundo-no-se.html
http://andres96cmc.blogspot.com.es/2012/11/cinco-cosas-que-no-ocurriran-el-21-de.html
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