Se ha dado una marea roja en la costa de Nueva Gales del Sur, en Australia, en la que una serie de algas han inundado de color rojo las aguas.
Estas algas (Noctiluca scintillans) han florecido en masa; pueden florecer en rojo o en verde debido a que sus orgánulos se oxidan demasiado produciendo un color rojo o verde brillante. Estas algas, a pesar de todo, no son parásitas ni tóxicas, pero al llegar corrientes de agua con demasiado fitoplancton, de lo que estas algas se alimentan, en su metabolismo generan excesivas cantidades de amoniaco que expulsan al agua, tiñéndola de rojo. Este amoniaco puede matar a especies acuáticas de pequeño tamaño, pero no al hombre. Eso sí, a los humanos nos pueden causar irritaciones y erupciones en la piel, aparte de la pérdida económica para los hosteleros que supone que la playa que les da de comer se vuelva de color rojo, a lo que los turistas huyen despavoridos.
Por ahora, esta playa de Nueva Gales del Sur permanece cerrada al público. Quizás sean estas algas las que causaron la famosa plaga bíblica.
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