Una serie de astrónomos ha realizado una demostración tridimensional de cómo pudieron darse estos cráteres. La demostración es tan exacta que los cráteres reales coinciden con los representados casi exactamente, aunque el contenido geológico de la superficie no coincide del todo, por lo que el modelo tridimensional será retocado.
Su interior contiene un manto y un núcleo; esto, unido a su pequeño tamaño hace que Vesta sea considerado un protoplaneta, o sea, un cuerpo del sistema solar primitivo. Sus principales cráteres se conocen con los nombres de Rheasilvia, de mil millones de años de antigüedad, y Veneneia, de dos mil millones de años de antigüedad. Estos impactos hicieron que Vesta iniciara su rotación y que se formara una montaña de 22 km de altura (un 4% del diámetro total de Vesta), por lo que debieron destrozar totalmente al asteroide.
Esta simulación nos hace ver cómo fue la historia del sistema solar primitivo.
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