Por fin una buena noticia para la ecología: la capa de ozono frena su destrucción y vuelve a aumentar su espesor. Al menos esto es lo que han observado determinados científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, según sus siglas en inglés), viendo que en la región más afectada del planeta, la Antártida, el agujero en la capa de ozono se ha reducido en más de 4 millones de kilómetros cuadrados (8 veces el área de España) si lo comparamos con su mayor tamaño, en el 2000, lo cual lleva a las conclusiones de que el espesor de dicha capa está volviendo a aumentar.
Todo esto ha sido posible gracias a la prohibición de los compuestos cloroflurocarbonados (CFCs) en el Protocolo de Montreal de 1987. Los CFCs reaccionan con el ozono (O3) dando lugar a subproductos como oxígeno diatómico (O2, el oxígeno que respiramos) o el ion hipoclorito (ClO-) en una reacción química bastante favorable energéticamente (alta energía libre de Gibbs, en valor absoluto), lo que provoca que mucho ozono se convierta en oxígeno en concentraciones ínfimas de CFCs, lo cual empeora todavía más las cosas. Y lo que es más, altos niveles de radiación electromagnética y bajas temperaturas sirven como catalizadores de la reacción, por eso el agujero es mucho mayor en la Antártida que en cualquier otra zona del planeta y aumenta su tamaño en los meses del verano austral al recibir más luz (meses de invierno en el hemisferio norte). Previamente a 1987, los CFCs eran utilizados en productos de la vida cotidiana como sprays o frigoríficos, como líquido refrigerante, en estos últimos. Por lo tanto, estos han tenido que ser sustituidos por otros productos.
La reducción del agujero de la capa de ozono es un asunto importante, ya que el ozono es capaz de bloquear algunas de las radiaciones solares de más frecuencia e ionizantes, como los rayos ultravioleta (UV), responsables de que por ejemplo nos quememos la piel en días bastante soleados de verano.
Toda la investigación ha sido llevada a cabo mediante la medición de las concentraciones de ozono y otros productos, entre ellos los propios CFCs, a distintos niveles atmosféricos, con sondas, satélites y globos atmosféricos. El famoso agujero de la capa de ozono fue detectado en los años 50, mientras que las primeras medidas para frenar su expansión fueron tomadas en los 80, cuando científicos como Susan Solomon, del MIT, detectaron las causas de la formación. Desde entonces, casi todas las mediciones del agujero se han llevado a cabo en octubre, cuando el agujero es más grande, debido al aumento de la radiación solar y las temperaturas en la Antártida, por las razones citadas anteriormente.
A pesar de esta reducción del tamaño, 2015 es el año en el que menos se ha ralentizado el decrecimiento del agujero, lo que se ha achacado a la actividad volcánica excesiva que ha padecido el planeta el año pasado. Se prevé que el agujero termine por cerrarse a mediados de siglo.
In the end! We have a good piece of news for ecology: ozone atmospheric layer slows down its destruction and starts to grow again. At least this is what some researchers from Massachusetts Institute of Technology (MIT) state, observing that in the most affected region of the planet, Antarctica, the hole in the ozone layer has decreased more than 40 million of km2 (8 times the area of Spain) if we compare its size with the largest size of the hole in 2000, what means that the thickness of the layer is growing again.
All this has been possible thanks to the ban of chlorofluorocarbonates (CFCs) in Montreal Protocole of 1987. CFCs react with ozone (O3), generating subproducts as diatomic oxygen (O2, the oxygen we need to breathe) or hypochlorite ion (ClO-) in a highly favorable reaction in energy terms (high Gibbs free energy, in absolute value), what causes that ozone converts into diatomic oxygen with very low concentrations of CFCs. In addition, high ammounts of electromagnetic solar radiation and low temperatures act as catalysts; that is the reason why in Antarctica the hole is larger than in other areas of the planet and why in austral summer (winter in the Northern hemisphere) when receiving more sunlight the hole starts to grow. Before 1987, CFCs were used in daily products as sprays or refrigerators, being used as regrigerating liquids in the last case. Therefore, all these CFCs had to be substituted by other products.
The decrease in size of the hole in the ozne layer is an important issue, as ozone is able to block some of the solar rdiations with more frequency and hence, more ionizing, as ultraviolat rays (UV), responsible for burning our skin in pretty sunny days in summer.
All the resarch has been carried out by measuring ozone and other products (as CFCs) concentrations in different atmospheric levels, with satellites, probes and weather balloons. The famous hole in the ozone layer was detected in the 50s, but the first ideas to stop its expansion where applied in the 80s, when scientists as Susan Solomon, from MIT, detected the causes of the formation. From then on, almost all the measurements of the hole's dimensions where done in October, when the hole is larger, due to the increase in the amount of solar radiation and temperature in Antarctica, for the reasons stated before.
Nevertheless, last year was the year when a lower reduction in the size of the hole was observed, caused by an excessive volcanic activity. It is expected that the hole is totally closed during the mid 21st century.
Para más información/ For more information: http://www.abc.es/ciencia/abci-capa-ozono-muestra-primeros-signos-curacion-antartida-201606302110_noticia.html
Os dejo un vídeo en español con distintos datos sobre el agujero de la capa de ozono/ I leave you here a video in Spanish with some data on the hole in the ozone layer:
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