Investigadores australianos han asegurado que la obesidad puede ser congénita, algo que se sospechaba e incluso se sabía, pero va más allá, los malos hábitos alimenticios que puedan tener los padres (progenitores varones, de aquí excluimos a las madres) pueden afectar a sus hijos, e incluso a sus futuros nietos, y no solo que nazcan siendo obesos, sino con otros graves problemas metabólicos.
Por ahora, se han llevado a cabo experimentos en ratones, observándose que, en efecto, los hijos y nietos de ratones macho obesos eran también obesos, y además padecían otras enfermedades relacionadas con la alimentación y el metabolismo. Al consumir una dieta rica en grasas y azúcares y pobre en vitaminas, los hijos presentaron problemas de hígado y síntomas prediabéticos, debidos al aumento de la glucosa en sangre. Estos problemas pueden transmitirse al menos hasta a tres generaciones, que es lo máximo que se ha observado en el experimento.
A pesar de ello, los bisnietos ya no presentaron tantos problemas como los hijos y los nietos, teniendo una mejor salud, de modo que el daño puede ser reversible. La cuarta generación consiguió adaptarse y poner freno a todos los problemas metabólicos de sus ascendientes.
El mecanismo genético por el cual los problemas se transmiten de generación en generación todavía no se tienen claros, aunque se cree que se deben a mutaciones en el ARN del genoma de los espermatozoides.
Es una de las primeras veces que se descubre que una enfermedad es transmitida de generación en generación por vía paterna, a diferencia de la madre al feto, como ocurre en la mayoría de veces.
La obesidad es uno de los principales problemas de salud del siglo XXI. Casi el 40% de los adultos de todo el planeta tiene sobrepeso, y más de un 10% son obesos. Si solo focalizamos el estudio en los países desarrollados, en los cuales no hay problemas como las hambrunas o la malnutrición, los porcentajes se disparan. Para evitar la obesidad, siempre y cuando no sea genética, hay que hacer ejercicio de manera regular y llevar una dieta equilibrada, evitando sobre todo las grasas.
Australian researchers have stated that obesity can be congenital, something that was suspected and even known, but they go further, stating that the bad eating habits that fathers can have can affect their children and even their future grandchildren, being born not only obese but also with other serious metabolic problems.
The study has been carried out on mice, being seen that children and grandchildren of obese male mice were obese, too, and in addition, they had other diseases related to metabolism and feeding. When consuming a diet rich in fat and sugars and poor in vitamins, the children got liver problems and prediabetic symptoms, due to the increase of glucose in blood. These problems can be transmitted at least to three generations, which has been the maximum observed in the experiment.
However, great grandchildren did not get so many problems as children and grandchildren, having a better health, so the damage can be reversible. The fourth generation was able to adapt and stop all the problems of their ascendants.
The genetic mechanism with which the problems are transmitted generation to generation are still unclear, but it is suspected that RNA of sperms can mutate.
It is one of the first times that a disease transmitted generation to generation is not due to the mother, as happens in the classical way, from the mother to the fetus, but from the father.
Obesity is one of the main problems of the 21st century. Almost the 40% of the adults in the whole planet is overweight and more than a 10% are obese. If we only focus on developed countries, where there are not famines nor malnutrition, the percentages can increase dramatically. To avoid obesity, if it is not caused by genetic reasons, we must exercise regularly and have a balanced diet, specially avoiding fats.
Para más información / For more information: http://noticiasdelaciencia.com/not/20450/la-obesidad-del-abuelo-afecta-a-la-salud-de-sus-nietos/
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